El Oficio de Molinero

Cuando realicé el diseño inicial de contenidos del blog, esta sección no fue considerada en ningún momento. Fue el hallazgo posterior de dos textos, durante la investigación realizada para la elaboración del mismo, uno de ellos mecanografiado y el otro un trabajo manuscrito a mano, probablemente por mi tío Manolo, en los que se ensalzaba el oficio del molinero, lo que me animó a hacerlo.


El oficio de molinero ha sido siempre considerado un trabajo noble de tradición familiar que era transmitido casi siempre de padres a hijos, por lo que su aprendizaje se iniciaba desde muy joven. Mi abuelo no es una excepción, el trabajó con su padre, mi bisabuelo, Emilio Castro en el Molino Mochón. Más tarde sería molinero arrendado en el molino de Cacín, y por último fue propietario de la Fca. de Harinas La Purísima.

La finalidad del oficio de molinero es la elaboración de la harina, para ello es necesario el conocimiento de la base fundamental del oficio de molinero, que no es otro que el conocimiento del ciclo "TRIGO-HARINA-PAN". Las tres materias están ligadas y por tanto son de máximo interés para el molinero. Esta relación obliga al molinero a conocer las características de todas y cada una de ellas. No se puede saber de una sin conocer las otras. Si bien el más importante y vital es el trigo y es éste el que se debe conocer a fondo para obtener -- como resultado de la molienda -- una harina de calidad de modo que esta dé un pan también de calidad.




Ser molinero era un motivo de orgullo y eso me ha hecho sentir la necesidad de reflejarlo aquí, por lo menos reproduciendo los textos encontrados. No puedo indicar la autoría de  ninguno de ellos, no obstante, estoy seguro de que si te gusta la narrativa popular, tras leerlos te vas a quedar encantado de su belleza.

  • A continuación, copio literalmente el primer texto:
"El lento giro de la piedra va convirtiendo la espiga en ESPERANZA de PAN.
Un hombre vela porque el blanco tesoro de la harina quede a buen recaudo en los estrechos costales.
Un hombre heredó el oficio de la molienda de generación en generación; un hombre que tiene en el molino su vivienda, como la tuvieron sus padres ...
Es el MOLINERO, un hombre solitario, -- torrero en tierra, señor del viejo molino encalado que huele a mies antigua --, por cuyas manos, ¡Quién sabe!, haya pasado la entraña del PAN NUESTRO de cada día."

  • El segundo texto, es un poco más extenso y lleva por título:  La ribera de Molinos, vista por un molinero.
" ¿Verdad, viejo molinero, que añoras tus buenos tiempos? ¡Aquellos molinos con más de un siglo de existencia algunos! A un lado las picarescas lavanderas con sus 'dimes y diretes', a otro la pequeña y rubosa fábrica de luz, escondida entre breñas y peñascos,  cual doncella recatada; aquí la fuente cantarina, que sabe de gargantas anhelantes, allá el puentecillo romano, majestuoso sobre el río, con la torre de la iglesia al fondo, sobre el contraste de fachadas blanqueadas y el cielo esplendoroso de nuestra Alhama.

La corriente del río, que primero queda cautiva en la presa, se encauza después, para que las mujeres laven, para que los mozos refresquen en el estío y para que la rueda del molino se hunda en el agua rodando despacio, arrastrando los complejos engranajes, haciendo girar las piedras que muelen.

Ese olor acre de cereales haciéndose harina lo llena todo. Y entre sacos, ejes y ruedas se mueve, como si fuera pez en la vecina agua, el molinero: aquel viejo rollizo y vigoroso, discreto y socarrón, sanchesco de gesto, que lleva prendida en su sonrisa la bondad de su alma.

El es parlanchín, a poco que le se hace hablar se lo que le gusta, se ve que admira, que le agrada esta vida entre grano y líquido. Es el hombre del río, nacido de padres molineros, nació en el oficio.

Ahora tiene 70 años, está jubilado. Ahora se pone en seguida nostálgico, adopta un aire picaresco y dice:
-- 'Los tiempos de oro fueron aquellos en que se molía trigo ... Cuando se cobraba un tanto de grano por lo molido ... Cuando iban las mozas con su medio costal.'
-- 'Ya se pasaba bien, ya. Era la juerga ...'

Los ojillos vivaces del molinero se animan.

-- 'Porque éste es un oficio alegre. Y se come y se bebe bien ... Aunque ahora se encuentre en decadencia.'
-- 'Pero el oficio tiene también su parte mala. Siempre respirando polvo, se acaba con los pulmones hechos migas. Y las manos ... Las manos tienen multitud de puntos negros. Esquirlas de acero saltadas de la maceta cuando se pica la piedra. Se incrustan bajo la piel y ahí se quedan.'

El interior del molino muestra artefactos extraños. Están las piedras dando vueltas, la tolva por la que se echa el grano; separado está el cedazo, un aparato alargado, de madera, que tamiza la harina; por agujeros sucesivos la va echando por orden de finura y aquí, por la trasera, echa el salvado.

Lo bueno, sin embargo, lo que más raro puede parecer al visitante, es el piso de abajo. Allí hay un enredijo de ejes, de trasmisiones, de engranajes, ...

Fuera, frente al tranquilo susurro del río, se oye el girar acompasado de las piedras; la caída del agua por la 'chorrera'; el golpe sobre las palas de la rueda que mueve el tinglado.

Al fondo, cual atalaya, la torre; mecen sus copas los chopos y mira, en lo alto, el cielo azul.

Tu recuerdo, molinero, se queda entre sus piedras de siempre. Tal vez añorando aquella alegría que tenía el oficio en sus tiempos buenos. Cuando llegaban las mozas y los que traían el grano te animaban con unas palabras como un rito ¡¡Echa un trago, molinero!!"